¡Qué bueno que ya terminó todo ese vergueo del Coronavirus!
Todo fue un mal sueño, una broma de mal gusto, un chiste malo y además mal contado. No, no escribo desde el futuro, o talvez sí.
Todo fue un mal sueño, una broma de mal gusto, un chiste malo y además mal contado. No, no escribo desde el futuro, o talvez sí.
En los tiempos que corren no es ninguna exageración sostener que el mejor regalo que uno puede hacerse es desprenderse de los dispositivos móviles.
El arte mal llamado “contemporáneo” no nació de un solo grupo vertebral, una galería exótica o un octubre de color azul en el 2000, sino de un largo proceso de años y obras y nombres de muchos colores.
Todos hemos sido incautos en algunos pasajes de nuestra existencia, pero hay mara que sí se pasa y saca de onda.
Mi mente me jugó la vuelta creyendo que Marisa me regalaría una noche desenfrenada de sexo sin prejuicios y llena de aventuras abismales.
Nunca va a faltar la persona que se “solidarice” con las masas en sus cuentas de Facebook, Twitter e Instagram, poniendo cuadritos de color negro, tirando tuit.
No se confundan, salir de la nada y lograr una oportunidad, no es cuestión de todos los días, el Matador consiguió una, de ahí en adelante la historia es otra
A pesar de que parece evidente que el propósito de esta diarrea mental es defenestrar a Ricardo, diré que más bien todo lo contrario.
Cuando cumplía bien con la vigilancia y traía los dientes llenos de sangre, el amo le aplaudía, le compraba carne enrojecida en descomposición y le colocaba sobre la cabeza una boina del mismo color
Los funcionarios públicos ha demostrado constantemente su inoperancia ante la pandemia del Covid-19: un sistema de salud colapsado